La Ley de propiedad Intelectual: Un atentado contra la información

La Ley de propiedad Intelectual: Un atentado contra la información

Ley de Propiedad Intelectual
La Ley de Propiedad Intelectual favorece a los medios.

Ya ha empezado la cuenta atrás. El próximo uno de enero de 2015 entrará en vigor en nuestro país la nueva y ultrajante Ley de Propiedad Intelectual aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy. Un caramelito para los medios que no han sabido adaptar su modelo de negocio tras la implantación de Internet y las TIC en nuestra vida cotidiana.
¿Que por qué me muestro tan indignada? Pues porque esta Ley de Propiedad Intelectual lejos de proteger los intereses de la ciudadanía y su derecho de acceso a la información va a empobrecer los contenidos de la red. ¿En beneficio de quién? Pues de grandes grupos de comunicación que no soportan ver cómo su imperio se derrumba.
Como periodistas y consumidores de información nos interesa saber que esta ley va a penalizar a los agregadores de noticias amén de otras consecuencias. Páginas como Google News deberán pagar el canon de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, más conocido popularmente como tasa Google por razones obvias.
Y es que el cierre de Google News tras la puesta en marcha de esta Ley de Propiedad Intelectual está en el aire. Ante la incertidumbre generada la compañía ha afirmado: “Por lo que se refiere al futuro, continuaremos trabajando con los editores españoles para ayudarles a incrementar sus ingresos mientras valoramos nuestras opciones en el marco de la nueva regulación”.
Seamos serios. ¿Y el tráfico que estas plataformas de noticias les brindan a las versiones online de los medios impresos que tanto se quejan de la pérdida de beneficios? Por lo visto eso no tiene ni la más mínima importancia.
Vale, hoy en día la venta de periódicos físicos ha descendido sensiblemente. Pero eso no es excusa para llevar a cabo esta sucia y desesperada maniobra. ¿Alguien ha pensado que quizá es hora de que los medios de la AEDE exploren nuevos caminos para continuar siendo rentables?
Pero ahí no acaba la cosa. Esta Ley de Propiedad Intelectual incluso va a obligar a las Redes Sociales a pagar el canon AEDE en compensación por lo que enlacen y compartan sus usuarios. Un poco más y nos multan por comentar una noticia en un bar. Espero que esta broma no llegue a oídos del gobierno. No captarán la ironía y quizá acepten la sugerencia.
¿Tienes Facebook o Twitter? Cuidado con lo que compartes. ¿Te has montado un blog e incluyes links a alguna noticia o vídeo sin tener permiso expreso del medio de comunicación en el que aparece? Pues ya puedes andarte con siete ojos si no quieres acabar en la ruina por culpa de una multa astronómica.
Si quieres jura que tu página es amateur y que no tienes intención de incluir publicidad y ganar dinero con ella. Aquí lo que realmente cuenta es el hachazo que la AEDE le va a pegar a tu bolsillo como te pille enlazando sus contenidos. Y todo gracias a la Ley de Propiedad Intelectual.
Creo que esta Ley de Propiedad Intelectual ha dado un paso de gigante hacia la censura más ruin y mezquina. A partir de ahora, los contenidos periodísticos tienen un único dueño. Las palabras transmitir y difundir sonarán ridículas en boca de cualquier informador.
Hablar de propiedad intelectual cuando se trata de noticias es cuando menos sorprendente porque las noticias están hechas para que la gente las altere y las transforme en conocimiento y corrientes de opinión.
Periodistas, internautas y lectores de periódicos en general debemos ser conscientes de la realidad que estamos viviendo. La AEDE y el gobierno del Partido Popular nos han robado la libertad de expresión y encima han cubierto este atropello con un barniz democrático.
¿Cómo va un periodista a sentirse orgulloso de su trabajo cuando el fruto de su esfuerzo queda por completo a merced de los caprichos de una gran empresa? Comunicar y dar a conocer los acontecimientos al conjunto de la sociedad es nuestra misión. Esta Ley de Propiedad Intelectual convierte el periodismo en papel mojado. 2015 será un año negro para la información.