La imagen de un blog y sus misterios
Este martes voy a cerrar un círculo completo en Página Rota hablando de lo importante que es la imagen de un blog y su diseño. Después de haber dedicado dos entradas a los contenidos digitales y al posicionamiento SEO me parece que este artículo sería la guinda del pastel.
Cuando pensamos en la imagen de un blog lo primero que se nos viene a la mente son plantillas, colores e imágenes de fondo y tipografías. Todos estos elementos son esenciales a la hora de organizar y embellecer una web pero haya que tener en cuenta que la imagen de un medio digital no es sólo cosa de estética sino también de credibilidad y confianza.
La elección de una plantilla que sea práctica a la vez que bonita es el primer paso para crear la imagen de un blog. Ni que decir tiene que no es lo mismo una página que esté enfocada hacia la fotografía que otra en la que primen los textos o los contenidos audiovisuales. En consecuencia, las entradas se presentan de una forma distinta en cada caso destacando unos elementos u otros.
Y por favor, a estas alturas de la vida en las que mucha gente tiene acceso a internet a través del teléfono móvil no descuidéis el hecho de que la plantilla seleccionada para vuestra página sea responsive. Hay muchos sitios donde descargarlas gratuitamente o pagando y la oferta es muy variada así que ya basta de excusas. ¡Dar una buena impresión a los internautas bien merece ojear plantillas durante media hora hasta encontrar la adecuada!
Hasta aquí todo bien y seguro que no le estoy descubriendo a nadie nada especialmente novedoso. Llegados a este punto me gustaría hacer un llamamiento a la comunidad bloguera: personalizar la imagen de un blog y su diseño no es pecado mortal y nadie va a ir directo al infierno por ello.
Lo digo más que nada porque cuando una se pone a navegar por la red no es raro encontrar dos web idénticas salvo por los textos. Ya sé que subir una plantilla es lo más cómodo, rápido y fácil pero es que parece que a más de uno se le va a romper una uña por cambiar el tipo de letra o la gama de colores de su página.
En el caso de Página Rota os puedo garantizar que la plantilla base tiene sus correspondientes modificaciones. No porque fuera fea ni nada por el estilo sino porque me pareció importante imprimirle mi propia personalidad a un sitio que es parte de mi imagen pública.
Si supierais las vueltas que le di al color de la cabecera, al de los titulares, a la forma de presentar las entradas en el menú lateral… Incluso a la sutil diferencia de tonalidades que hay entre el pie de página y el botón que te lleva de nuevo a la parte superior…
Menos mal que a la hora de llevar mis ideas a la práctica tuve la ayuda de mi novio porque el HTML sigue siendo un gran misterio para mí. ¡Pero que nadie se desanime! Se puede cambiar la imagen de un blog con las opciones básicas que da WordPress o Blogger y así hacer que nuestra web no sea un clon mil veces repetido en la red.
Atreveos con todo tipo de diseños pero sin olvidar nunca la funcionalidad. Los contenidos han de estar presentados de forma que se vean bien y que se encuentren sin esfuerzo. A ver… Por ejemplo, las letras rojas sobre fondo negro o gris oscuro quedan totalmente prohibidas. Sí, será muy siniestro y tal pero eso no se lee en condiciones.
El último de los aspectos básicos a la hora de cuidar la imagen de un blog es la elección de las categorías en las que se agrupan las entradas. Tener claro las secciones en las que se divide nuestro blog ayudará a que el lector encuentre lo que busca rápidamente evitando así que salga del blog para nunca volver.
En resumidas cuentas, la imagen de un blog es la carta de presentación del autor. Personalizar la web de cara a conseguir una estética cuando menos agradable ayuda a diferenciarse y atrae a más lectores. ¡Mimar tu diseño web siempre es algo positivo!